- La tecnología no se ha adaptado específicamente a esa actividad.
- El costo de implementación es alto.
- Las dinámicas de demanda, oferta y costes del mercado laboral no favorecen su automatización.
- Los beneficios esperados de mejora de la relación calidad/coste del producto no justifican todavía su automatización.
- Las leyes que afectan la automatización y la aceptación social del uso de esta en determinadas actividades limitan su implementación.
La automatización de la economía ¿será mañana?
Según el informe “A future that works: automation, employment, and productivity” (2017) de la consultora McKinsey&Company alrededor del 60% de los empleos actuales tienen por lo menos un 30% de actividades que pueden ser automatizadas utilizando la tecnología existente.
Aunque la automatización contribuye a mejorar el rendimiento de las empresas, reduciendo los errores, mejorando la calidad, la velocidad y, en algunos casos, llevándolas a niveles más allá de lo que puede hacer un humano, no se implementa tan rápido como se podría pensar debido a cinco factores: